Características y motivos del trabajo online
A menudo me encuentro clientes que al concretar cita, me preguntan: ¿Dónde tienes la consulta? y se extrañan cuando les digo que trabajo solo online o por teléfono.
¿POR NECESIDAD? – No es mi caso, pero gran parte de los profesionales que trabajan online es porque no tienen un espacio físico para realizar las consultas, y comienzan a lanzarse así, ahorrando antes de invertir en un local.
POR ELECCIÓN – En mi caso, he trabajado presencialmente durante 6 años, con mucho éxito, y he elegido el formato online para cumplir un estilo de vida: trabajar y vivir desde cualquier lugar, volver más eficientes mis tiempos de trabajo (lo que me permite grabar más vídeos de Youtube) y ofrecer mi enorme experiencia y conocimiento a millones de personas, en vez de a unos pocos miles. Al haber trabajado todos estos años especializado en temas afectivos, el conocimiento que tengo al respecto es increíblemente revelador para muchos clientes, y no deseo que esta información quede limitada por mi situación geográfica.
Tras 6 años trabajando de forma presencial, y sumando el efecto de la pandemia, llegué a tener más de un 50% de sesiones de forma telemática, y tras un año con la idea en la cabeza, decidí dar el paso a pesar del vértigo que daba tomar una decisión de esta índole. Pero como bien defiendo, un gran cambio a mejor, siempre conlleva riesgo y necesita que seamos valientes (pero con cabeza).
Ventajas
- Ahorrar tiempos de desplazamiento.
- Ahorro de dinero en parquímetros o multas (que han tenido muchos de mis clientes estos años).
- Mejora de la puntualidad, evitación de tráfico e imprevistos meteorológicos.
- Aumento del tiempos de descanso para personas con poco tiempo libre.
- Acceso a tener sesiones aun estando con los niños en casa o de viaje.
Mitos sobre la psicología online
A este respecto, gran parte de las dificultades y miedos que me hacían dudar de la decisión se basan en muchos prejuicios y hábitos en torno a la psicología online. Me gustaría derrumbar ciertos mitos con respecto a las sesiones telemáticas:
1- Es muy frío:
En los 6 años trabajando presencial, me he encontrado sesiones con clientes distantes, exigentes, desconfiados por experiencias del pasado, que buscan un profesional diferente o que no desean estar ahí. La calidez de la sesión no depende de la distancia, sino del ambiente emocional y la conexión profesional-cliente a nivel de valores, estilo de personalidad y expectativas. Mi objetivo es ayudar a las personas que realmente quieran asesoramiento y trabajar en condiciones. No estoy aquí para convencer a nadie de que me escuche si no quiere.
Cuando hablamos con amigos por teléfono, o incluso por audios de Whatsapp, reímos, nos emocionamos, aprendemos, resolvemos asuntos, y sentimos el vínculo. A la hora de trabajar con los clientes ocurre igual, porque los vínculos no tienen fronteras, y tengo más que demostrado que a pesar de vivir con alguien, se le puede sentir como si estuviese a miles de kilómetros, pero cuando realmente conectas con alguien, lo sientes cerca a pesar de estar en distintas partes del mundo.
2- No tengo privacidad porque tengo familia o a la pareja en casa:
Acudir a una sesión presencial facilita un espacio privado en el que sentirse seguro de expresar libremente pensamientos y emociones sin que nadie del entorno esté al tanto de lo que hablamos durante la sesión. Ayuda a generar incertidumbre y estimular al entorno cercano a tener cuidado y mejorar. Pero para buscar un espacio propio y aislado de gente, podemos acordar con nuestros convivientes que nos dejen solos a esa hora, podemos salir de casa, pasear al perro, hacer la sesión desde el coche, en la playa, o en un parque. Si a pesar de que ahora el internet móvil es mucho más accesible, fuera de casa no te funciona bien, la opción telefónica siempre es viable y cómoda.
3- Asistir a una consulta ayuda a salir de la zona de confort:
El aspecto presencial ayuda a alejarse de los condicionantes emocionales que hay en casa, eso es cierto, pero genera un autoengaño en ocasiones, pues nos comprometemos mucho en la sesión, y al volver a casa donde hay que aplicar lo trabajado, los condicionantes hacen que no se den los pasos. Trabajando desde casa o un entorno frecuente, conseguimos hablar de lo que nos duele, donde nos suele dar miedo hablarlo, y logramos esa valentía donde debe estar.
4- Dificulta la toma de confianza:
La confianza depende de la sensación de seguridad que tenemos al hablar con alguien. Todos tenemos amigos de toda la vida con los que no tenemos confianza, y personas que acabamos de conocer con las que la confianza es plena. Los clientes que me conocen afirman que doy mucha confianza porque hablo de mis emociones y experiencias dolorosas con naturalidad durante las sesiones para ayudarlos, y en todo momento saben que entiendo sin problema su dolor y los errores que puedan cometer, porque eso no los define. Cuanto antes saquéis vuestro dolor y vayáis al grano siendo auténticos y genuinos, antes avanzaremos y construiremos confianza para que esto funcione. Tener a una persona de confianza que os ayude en cualquier lugar, es un lujo que no todo el mundo puede permitirse.
5- El aspecto presencial es un extra de calidad en el servicio:
Sí que consiste claramente en disponer de un recurso extra y permitir a los clientes entrar en mi espacio y sentirse acogidos, pero lo que da valor y se puede asociar con la CALIDAD del servicio que ofrezco es el conocimiento, la experiencia sobre los mecanismos del amor y la psicología humana. Mi trabajo consiste en enseñar, reflexionar y debatir sobre comportamientos, complicaciones, deseos y emociones para llegar a entender y afrontar los aspectos vitales que frenen vuestra sensación de libertad y bienestar.
Si trabajar online reduce mi estrés, mejora mi estilo de vida y mi bienestar mental, las sesiones e ideas que genere para trabajar serán más eficientes y ayudarán a mejorar la calidad de mi trabajo.
He reído y he llorado con clientes al otro lado del mundo, y he resuelto cientos de casos de forma exclusivamente telemática, por lo que tengo más que demostrado que el formato online no es algo tan condicionante como para limitar la calidad de mi servicio, así que seguiré ayudando a todo el que lo requiera, esté donde esté.
Si necesitas asesoramiento, no dudes en contactar, y recuerda que si aún tienes dudas con respecto al formato online y la calidad del servicio, no dudes en solicitar una primera sesión gratuita para evaluación y propuesta de trabajo.